Europa, ¿de quién?
Von Por Lydia KrügerLa Unión Europea es un proyecto de las clases elitistas. La izquierda lucha por una Europa que responda a su gente
Casi 500 mil personas viven en los estados de la Unión Europea, que ha devenido el área económica más amplia del mundo.
Al contrario del caso de EE.UU., la Unión Europea no es un estado autónomo, sino una confederación de estados formada actualmente por 27 países. Si bien es cierto que en materia de finanzas y economía esta integración ha obtenido grandes resultados, no lo es menos que la política social, la fiscal y otros sectores importantes todavía recaen sobre los estados nacionales.
La Europa de los consorcios y los bancos
Con el Tratado de Maastricht en 1992 la Unión Europea adoptó de forma evidente las pautas del neoliberalismo. Esto no es sorprendente, pues la iniciativa de este tratado partió de los consorcios y asociaciones empresariales europeas. Después del Tratado de Maastricht la Unión Europea asumió una economía de mercado abierta, en torno a la libre competencia y donde están garantizadas las cuatro libertades básicas: libre tráfico de mercancías, de capitales, de servicios y de personas.
La política de mercado europea debe establecer esa supuesta libre competencia en la que los mercados se abren y se desregularizan y las empresas que antes eran estatales se privatizan. Como resultado del liberalismo las empresas más fuertes absorbieron a las más débiles y así surgieron grandes consorcios europeos. Estos utilizan su poder cada vez más fuerte para establecer precios más altos y desarrollar una política afín a sus intereses en toda Europa, de lo que forma parte la comercialización de los servicios públicos. Los sistemas actuales de seguridad social y de salud pública se van privatizando paulatinamente y con ello legarantizan a los bancos y a las agencias de seguros un buen negocio.
La introducción del Euro en 1999 como moneda única también trajo consigo privilegios neoliberales. Los estados quedaron bajo el dominio de una política financiera neoliberal con amplios programas de ahorro. El Banco Central Europeo fue despojado del control democrático bajo el pretexto de lograr que los precios fueran más estables. Un número reducido de consorcios trasnacionales y la élite bancaria de grandes influencias trazan la política de la Unión Europea.
En el 2000 ocurre la adhesión a la estrategia de Lisboa, mediante la cual Europa se convertiría en la "región más competitiva del mundo" y en la que se podrían obtener las mejores ganancias a nivel mundial. Pero la otra cara de esta política se evidencia en las altas cifras de desempleados, la creciente pobreza, los precios cada vez más elevados y el deterioro de los derechos sociales. Se ha desatado una despiadada carrera de velocidad hacia los salarios y los estándares sociales más bajos. Al mismo tiempo a los empleados se les arrebató los instrumentos con los que se podían defender de los problemas sociales y salariales, pues el Tribunal de Justicia Europeo otorga el derecho a libre acción a las empresas en el mercado interno por sobre los derechos sindicales como el derecho a huelga.
Bajo el estandarte de la "Flexicurity" se destruye en Europa la protección al cliente y la presión sobre los desempleados aumenta y ahora el tiempo máximo de jornada laboral admitida en la Unión Europea se incrementa a 65 horas en la semana.
Europa, una fortaleza
Cada año cientos de emigrantes mueren en el intento de traspasar las fronteras externas de la Unión Europea, estrictamente controladas. En la Unión Europea no hay lugar para las personas que han huido de sus países debido a la persecución, la pobreza y las catástrofes naturales y es que, aunque en beneficio de la economía se han abierto oportunidades paralos inmigrantes altamente calificados, la mayoría de estas personas son rechazadas por la policía y el ejército. La Unión Europea desarrolla instrumentos de represión cada vez más cuidadosos para defenderse de lainmigración "ilegal". En las fronteras externas la agencia de control de fronteras de la Unión Europea FRONTEX está a la caza de los inmigrantes, mientras que dentro de Europa las personas indocumentadas pasan hasta 18 meses detenidas antes de ser expulsadas. La Unión Europea, através de su injusta política de comercio exterior, contribuye a quitarle a la gente en África, en América Latina y en otros países del Sur sus medios de subsistencia.
Camino al militarismo
Como ya ha hecho EE.UU., las clases de poder de la Unión Europea también pretenden alcanzar sus intereses económicos a través de la fuerza militar. Esta organización no se afiliará a un mandato acorde al derecho internacional de las Naciones Unidas. El Tratado de Lisboa obliga a los estados miembros al rearme permanente, controlado a través de una agencia armamentista. Actualmente se forman las tropas de combate de la Unión Europea, que estarán disponibles para actuar en un término de 5 a 30 días en cualquier parte del mundo. Según un plan estratégico europeo (European Defence Paper), esto se realiza con el fin deestar preparados para la "guerra regional en defensa de los intereses europeos"que sirven a la "protección de las vías de comercio y del libre fluido de materias primas". En el punto de mira de la Unión Europea se encuentran los estados africanos ricos en materias primas naturales, así como los del Cercano y Medio Oriente. Los EE.UU. siguen siendo la fuerza militar más poderosa del mundo con gran ventaja sobre los demás países, pero los aliados europeos ganan terreno, pues su participación en la distribución de armamentos a nivel mundial ha crecido de un 20 a un 25 por ciento desde 2002. En la exportación de armamento los estados de la Unión Europea han alcanzado ya el primer lugar en todo el orbe. La Unión Europea se encuentra inmersa en la crisis económica más grave de su historia. Esta crisis es el resultado de una política de redistribución neoliberal que ha traído como consecuencia que cada vez más riquezas se concentren en manos de un reducido grupo de poder. Este es el resultado de una política en beneficio del capital financiero, que ha eliminado todos los controles existentes para la circulación de capitales. Y es, finalmente, el resultado de una política de privatización que expropió a la población y contribuyó al enriquecimiento de los accionistas y poseedores de patrimonios. Pero esta crisis también ha puesto al descubierto de forma despiadada los límites del proyecto de integración europea, pues con su prohibición de ayudas estatales ha llevado al absurdo a la política competitiva europea. Cientos de miles de millones fluyen ahora para bancos y consorcios "necesitados". Las fuerzas de izquierda en Europa luchan juntas para que las enormes pérdidas especulativas no caigan sobre el pueblo.
Por medio de su política, la Comunidad Europea contribuye a que la crisis económica y social, la crisis de la democracia y la crisis mundial continúen fortaleciéndose. Como ya han mostrado las experiencias de la crisis económica mundial de los años 30, los resultados podrían ser el desempleo y la pobreza masivos, la represión recrudecida, así como el fascismo y la guerra. Por esto es necesario que el proyecto europeo se distancie radicalmente de la aristocracia neoliberal. El Tratado de Lisboa tiene que ser sepultado y los convenios europeos tienen que modificarse completamente. Solo de este modo puede quedar libre el camino parala fundación de una nueva Unión Europea que se deba a la justicia social, a la solidaridad, a la democracia y a la paz.
La Dr. Lydia Krüger es socióloga y especialista en ciencias políticas. Es asesora científica de la eurodiputada Sahra Wagenknecht (Partido Die Linke).
Solidarität jetzt!
Das Verwaltungsgericht Berlin hat entschieden und die Klage des Verlags 8. Mai abgewiesen. Die Bundesregierung darf die Tageszeitung junge Welt in ihren jährlichen Verfassungsschutzberichten erwähnen und beobachten. Nun muss eine höhere Instanz entscheiden.
In unseren Augen ist das Urteil eine Einschränkung der Meinungs- und Pressefreiheit in der Bundesrepublik. Aber auch umgekehrt wird Bürgerinnen und Bürgern erschwert, sich aus verschiedenen Quellen frei zu informieren.
Genau das aber ist unser Ziel: Aufklärung mit gut gemachtem Journalismus. Sie können das unterstützen. Darum: junge Welt abonnieren für die Pressefreiheit!