Nuestra Cultura
Von Katja KlüßendorfEn Alemania, Cuba es de moda. Pero el Gobierno Federal mantiene su politica de bloqueo
En Alemania, Cuba está de moda. En verano pasado, el Buena Vista Social Club estuvo de gira por ciudades alemanas, mientras en el público se fumaba con mucho gusto un "Montecristo" o "Romeo y Julietta". Mientras, el actor Benicio del Toro, convertido en el Che Guevara en la película "Che – Revolución", de Steven Sonderbergh, ganó la última batalla de Santa Clara. Un u otro espectador descubrió entonces su corazón revolucionaria y viajó a Cuba, junto con los más que cien mil turistas alemanes que cada año visitan la isla.
Ningún otro país de América Latina despierta tanto interés, y pocos otros países gozan de tanta simpatía. No sólo por la exótica fascinante. El gran interés mutuo de ambos pueblos por la política y cultura del otro responde a una fase intensa de las relaciones cubano-alemanas. Aunque, si somos exactos, por la parte alemana lo era solamente su parte oriental, la República Democrática Alemana. Ya en 1961 se aprobó un Convenio Cultural entre ambos países. Poco después, la Editorial Militar de la RDA publicó la obra "La guerra de guerrillas", por Che Guevara, así como autores cubanos como Alejo Carpentier, José Antonio Portuondo o Cintio Vitier. En las universidades de Rostock, Leipzig y Berlín se estudiaba e investigaba la historia cubana. En total, unos 30.000 ciudadanos cubanos vivían, trabajaban y estudiaban en la RDA. Ellos conocen la cultura alemana, y no sólo están interesados en mantener el contacto con la cultura que vivían, sino también en mantenerse informados sobre sus desarrollos actuales.
Sin embargo, ¿como puede el pueblo cubano aprovecharse de una imagen de Alemania que están difundiendo el Ministerio Federal de Relaciones Exteriores y las instituciones financiadas por el Gobierno Federal alemán, como el Instituto Goethe o el Servicio Alemán de Intercambio Académico (DAAD)? La política cultural internacional del Gobierno Federal es un instrumento ideológico, lo que se llama intercambio cultural se entiende como asunto unilateral. Eso fue obvio en 2004, cuando el Gobierno Federal renunció a la invitación como invitado especial en la Feria Internacional del Libre, un honor anteriormente aceptado, argumentando con un supuesto deterioro de la situación de los Derechos Humanos en la isla. El diario conservador Frankfurter Allgemeine Zeitung lo definió en su edición del 18 de febrero de 2004 como "embargo barato contra Cuba" para "recuperar simpatías perdidas del Presidente estadounidense".
Esa política cultural acompaña la alianza del Gobierno Federal alemán con regimenes neoliberales de América Latina, como los de México y Colombia, y sus posiciones duras contra gobiernos progresistas como en Venezuela, Bolivia o Nicaragua así como el apoyo para la oposición golpista interna en esos países por sus fundaciones y supuestas organizaciones no-gubernamentales.
Pero los representantes del Gobierno Federal y de su política cultural encuentran a la resistencia del movimiento solidario alemán. Cuba, como espacio y mezcla de diferentes influencias culturales, despierta su interés, amplia su propia cultura y sus bases de valores.
"La Revolución es Cultura, y Cultura es Revolución" Ese pensamiento del político y poeta Ernesto Cardenal, formulado sobre la Revolución Sandinista en Nicaragua, también se puede afirmar sobre Cuba. Ser revolucionario significa destacar los valores de la literatura y de la pintura, de la música y de los teatros, de los museos, del baile y de la música folclórica, del cine, del trabajo editorial, de la protección de la herencia arquitectónica y del deporte. La Feria Internacional del Libro en La Habana muestra el apoyo incondicional a la cultura como un de los logros más importantes de la Revolución Cubana.
A base de ese pensamiento, en 2004, varios militantes del movimiento de solidaridad con Cuba organizaron, a través de la Oficina Berlinesa Feria del Libro La Habana (Berliner Büro Buchmesse Havanna), una muestra alternativa alemana en la feria, como proyecto de la red de los grupos de solidaridad, Netzwerk Cuba. Con 35 editoriales y creadores culturales, esa muestra alternativa se convirtió en la participación alemana más grande de la historia de la Feria del Libro cubana, hasta ese momento. Mientras el Ministerio Federal de Relaciones Exteriores insistía en el boicot, el número de participantes en la muestra alternativa alemana creció año tras año.
Desde 2008, la Feria del Libro de Frankfurt, como representante del Ministerio Federal de Relaciones Exteriores alemán, ha vuelto a participar en la feria de La Habana. Sin embargo, es claro que el gobierno alemán también a partir de su regreso mantiene su actitud enemiga frente a Cuba. Por un lado, parece que se mejoran las relaciones de Alemania y de la Unión Europea frente a Cuba, como parece indicar el levantamiento de las sanciones europeas contra la isla socialista, aprobado por los cancilleres de los 27 estados afiliados a la UE en junio de 2009. Pero, aunque se relaja la política de bloqueo por sus intereses financieras, se sigue presionando al gobierno cubano en el campo ideológico. Con su decisión, la UE pretende "facilitar el cambio político en Cuba", afirmó la Comisaria de Relaciones Exteriores de la UE, Benita Ferrero-Waldner.
Sabiendo que también depende de la solidaridad con Cuba que la isla puede mantenerse como alternativa al sistema capitalista la Oficina Berlinesa Feria del Libro La Habana continúa su trabajo y ha organizado nuevamente una muestra alternativa alemana. Un amplio espectro de editoriales, sindicatos y organizaciones solidarias se presenta con libros, exposiciones y conferencias y está interesado en un animado intercambio de ideas, en nuevos contactos y proyecto, porque la Solidaridad es la ternura de los pueblos.
Katja Klüßendorf es politóloga, directora de marketing de la editorial 8. Mai Verlag y dirige la exposición alemana alternativa en la Feria.
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